Paul McCartney
McCartney III
Por Benjamin Salcedo
Comenzaré diciendo que no soy adorador, ni mucho menos un docto en datos de los Beatles, simplemente alguien que disfruta mucho su música y reconoce su enorme importancia para la cultura popular. Dicho esto, les comento que McCartney III no es ni remotamente el mejor disco de Paul, una figura cuya trayectoria tiene trabajos con altos estándares y brillantes obras difíciles de igualar.
Pero eso no quiere decir que se trata de un mal disco. Si bien hemos visto que Paul ha tomado dudosas decisiones recientemente, colaborando con artistas que no vienen al caso en un afán de seguir vigente para las nuevas generaciones -algo innecesario para uno de los músicos vivos más influyentes de la historia- en esta ocasión se encierra en solitario y hace un trabajo bastante digno, tocando todos los instrumentos como lo hiciera con el McCartney I de hace 50 años cuando se separaron los Beatles y McCartney II de hace 40 años cuando se disuelve su grupo Wings.
Ahora 40 años después hace la tercera versión en plena contingencia, nuevamente el hombre-orquesta se mete al estudio a pasar la cuarentena creando música nueva.
Algo plausible para alguien que no tiene absolutamente nada que probar. En la transmisión de One World Together at Home via streaming durante la pandemia notamos su voz avejentada, esto es evidente en la mayor parte del disco, da un poco de tristeza y se puede pensar que no es necesario que lo hiciera, sobre todo con el gran legado que ha dejado.
Había la esperanza, de que la magia de su estudio de grabación pudiera disimular estas carencias, pero es evidente la diferencia entre “When Winter Comes” que fue grabada en los años 90 y las actuales.
El disco inicia muy flojo con “Long Tailed Winter Bird” demasiado folk, pero eventualmente aparece el genio del Beatle; "Deep Down" es una de mis favoritas aunque la mayoría de las críticas no opinan lo mismo, su espíritu R&B la convierten en algo distinto y atractivo. La referencia a la vida campirana de “Winter Bird/ When Winter Comes” compuesta varios años atrás pero con una fuerza emocional adecuada a estos tiempos; “Find My Way” su sencillo de lanzamiento tiene un sonido más actual, indie pop, sin perder la esencia que ha hecho famosa durante seis décadas y también destacaría “Lavatory Lil” que suena a rock & roll de los años 50s y a los inicios de su carrera en la famosa Cavern.
Mi recomendación es que lo escuchen con mucha atención y más de una vez, irán descubriéndole virtudes en cada nueva ocasión. No es un disco de despedida ni pesimista, aunque si es algo obscuro y lejos de pretender el éxito comercial.
A muchos no les interesará este ritual y es entendible, habiendo tanta música ¿para que perder el tiempo tratando de buscarle el encanto a un disco de alguien de 77 años? Pero cuando ese “alguien” ha creado parte de la mejor música de la historia, sin duda merece esa oportunidad de parte de algunos melómanos curiosos y agradecidos.
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