domingo, 31 de julio de 2022

El extraño retorno de los vinilos y discos compactos


 
El extraño retorno de los vinilos y discos compactos
por Benjamin Salcedo

En un mundo totalmente digitalizado, con realidades virtuales y metaversos es increíble que dos formatos del siglo pasado estén reviviendo en el gusto del público.

En 2020 se vendieron 12 millones de unidades de vinilos en los Estados Unidos y se alcanzó la suma de ventas de 416 millones de USD), el mayor récord de ventas desde 1988. Además, el dispositivo de audio más vendido de ese año, exceptuando al IPhone, fue el tornamesa, lo más sorprendente es que cerca del 50% de los consumidores de vinilo tienen 35 años o menos, siendo el 33% de entre 25-35 años. El año pasado se vendieron 42 millones de unidades, un crecimiento notable.

Pareciera una eternidad desde que, a finales de los años 80, los que teníamos discos de vinilo comenzamos a deshacernos de ellos; algunos por estar maltratados, otros tenían algún rayón o simplemente porque el scratch dominaba el sonido. Esa tecnología parecía que pasaba a la historia ante la evolución tecnológica del sonido digital. 


Si bien extrañábamos esas hermosas portadas de 12 pulgadas de tamaño, con las letras de las canciones y en ocasiones, gatefolds con fotos e información, muchos decidimos dar paso a la modernidad, a la comodidad de no tener que levantarte cada 22 minutos a darle la vuelta al acetato, limpiarlo, soplarle o limpiar la aguja y repetir todo el proceso. El futuro había llegado y esa evolución los hizo desaparecer prácticamente, las compañías discográficas se olvidaron de su producción.  

Todas esas ventajas que nos ofrecieron los CD (discos compactos) eran suficiente para que ahora todos compráramos nuestros discos favoritos en este formato maravilloso, haciendo multimillonarias a las disqueras, editoras y artistas. Vendieron nuevamente catálogos enteros sin tener que invertir más que la maquila del producto, ya tenían las grabaciones, artes, fotos y todo lo demás.

Nadie se hubiera imaginado que una década después llegaría su némesis, que bajo el nombre de MP3 casi termina con las grandes compañías discográficas a principios del siglo XXI. Por ese motivo es difícil de entender que ahora que tenemos plataformas de streaming donde podemos tener acceso a todo el material que nuestra imaginación nos permita, estén de vuelta en el mercado los vinilos y discos compactos cada vez con más fuerza. 

Las nuevas ediciones de vinilos vienen mejoradas en algunos casos en 180 gramos con surcos más profundos hacen que la aguja roce con mayor precisión, resultando en un sonido más nítido y cálido, además otros tienen Half Speed Mastering una técnica artesanal que da como resultado una reproducción de sonido de la más alta calidad en contraste con otros formatos disponibles, así que suenan mejor que cuando los tenías anteriormente. 

También están surgiendo nuevas propuestas como la de Qrates que han modernizado la interacción con el consumidor. Hace posible que los músicos puedan diseñar las portadas de sus vinilos y producir cantidades menores a 100 copias (cuando lo habitual son 500 a más) desde sus computadoras. Los compradores suelen recibir sus copias en dos meses. 

Lo más paradójico es que aproximadamente la mitad de las personas que compran vinilos ¡no los escucha! Convirtiéndolos únicamente en un objeto coleccionable de sus artistas favoritos. Los números de venta se incrementan cada año, muchos de los que nos deshicimos de nuestros vinilos en los 90s estamos comprándolos de nuevo, así como toda esa música que nunca salió en ese formato en el periodo de treinta años entre 1990 al 2020.

En 2021 por primera vez en 17 años la venta de CD registró un crecimiento, la misma euforia por el vinilo hace que los artistas están teniendo que esperar hasta un año para que sus álbumes entren a las pocas prensas de vinilos que existen en el mundo.

También la pandemia ayudó, muchos adultos redescubrieron sus discos o los jóvenes los de sus padres y tuvieron tiempo de escucharlos. Nunca se van a borrar como las bibliotecas de las plataformas, ni requieres de Internet para escucharlos. Existe un sentido de posesión que no tienes con el streaming. Por eso se siguen haciendo CD. Son sobre todo para el fan, que necesita un pedazo de su artista favorito, el disco compacto o el vinilo es una opción, sin embargo es imposible que la industria regrese al pasado. 

Están destinados a ser un objeto promocional, coleccionable, un fetiche, pero eso es suficiente para que los tengamos de regreso. 



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viernes, 8 de julio de 2022

La gran influencia mediática - la música en películas y TV

 


La gran influencia mediática  
la música en películas y TV
por Benjamin Salcedo 

Las nuevas generaciones tienen la oportunidad de conocer mucha música gracias a su presencia en series de TV y películas, ¿marketing o simple casualidad?

La música y las canciones han estado presentes en las series de televisión y películas desde hace décadas, los soundtracks se convierten en un objeto comercial distinto a la película, con ingresos propios y ganancias para todos los involucrados. Hacer una buena banda sonora es sinónimo de recordación de la cinta y muchos éxitos radiofónicos han surgido de ahí desde hace 7 décadas.

Después fue la televisión, que también empezó a generar éxitos, pero con el tiempo se ha manejado diferente. Ahora no son necesariamente el tema de la serie el que sobresale, ahora las canciones son parte de la trama, están inmersas en el desarrollo y eso les da una presencia orgánica.


En cine cómo olvidar el efecto que causó Guardians of the Galaxy cuando no solo regresaron a la popularidad canciones que estaban en el olvido, también son en buena parte responsables del regreso del casete. Igualmente, Baby Driver, volvió escenas icónicas y determinantes las melodías de la película, y más recientemente, Thor, Love & Thunder hace un homenaje durante toda la película a Guns 'N Roses de forma más que obvia, por citar sólo unos ejemplos.


Vendrían una serie de biopics que posicionaron a grandes artistas como Queen y Elton John con las cintas Bohemian Rhapsody y Rocketman, respectivamente, colocándolos en los importantes lugares de streaming varios años después, sin duda la generación Z tiene una alta aceptación por las propuestas musicales y eso también sucederá con la maravillosa película de Baz Luhrmann sobre Elvis Presley.


En televisión, el efecto Glee fue importantísimo, era natural, obviamente las canciones quedaron en la memoria colectiva de toda su audiencia, ahí Journey y su tema “Don’t Stop Believin’” fueron de los más afortunados. 

Recientemente Stranger Things se ha convertido en una plataforma para la promoción de música de los años 80, época en la que se desarrolla, en las temporadas 3 y 4 es mucho más evidente el uso premeditado que se le ha dado a las canciones. En la temporada 3 el impulso fue para “Never Ending Story” canción de Limahl.

Ahora con la temporada 4 se han dado varios fenómenos que vale la pena comentar: primero fue la canción “Running Up That Hill” que hace 37 años hiciera popular Kate Bush. La canción es parte de la trama, se repite en varias ocasiones y tiene un papel en el guion, uno de los personajes la tiene que estar escuchando para estar a salvo. 

Kate Bush tiene 3 Records Guinness gracias a este fenómeno televisivo: 1) Artista femenina de mayor edad en alcanzar el número uno, 2) El tiempo más largo para que una canción alcance el número uno en la lista oficial de singles del Reino Unido y 3) la brecha más extensa entre números uno. La propia Kate no lo puede creer, pero obviamente esto ha resuelto su situación económica de por vida. 

Otro caso es la canción de “Master of Puppets” de Metallica, un poderoso tema que es tocado por un personaje en la serie y eso provoca algo que no quiero contar porque sería un spoiler. Y por último hay una escena muy ingeniosa en la que están buscando la canción de Kate Bush desesperadamente y hay casetes de Madonna, Bowie, los Beatles y alguien dice “Necesitamos encontrar la música” y Eddie un personaje que aparece en esta temporada de look metalero grita con un casete del disco Piece of Mind de  Iron Maiden en la mano “¡Esto es música!” 


Parecieran detalles menores en un episodio cualquiera, pero dado el engagement que tiene la serie de tantos millones de espectadores, el resultado se refleja inmediatamente en las plataformas de música con incrementos sorprendentes al generar grandes ganancias para los artistas, disqueras, editoras y productores. ¡Negocio redondo!

La formula ya fue identificada y su utilización será más frecuente, si eso sirve para que las nuevas generaciones conozcan grandes obras de diferentes momentos de la historia, serán más que bienvenidas. 

Kate Bush 
Running Up That Hill 



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