El corazón rítmico de las piedras rodantes dejó de latir
Por Benjamin Salcedo
Al mediodía del martes 24 de agosto se comenzó a esparcir la noticia, el baterista de toda la vida de los Rolling Stones había realizado su encore final.
Si podemos hablar de elegancia, sobriedad tanto personal como musicalmente, uno de los primeros nombres que surgen era el de Charles Roberts Watts, dicho por aquellos que convivieron con él, músicos contemporáneos que tuvieron la oportunidad de tocar o hacer giras con los Stones.
Era un hombre en extremo discreto, en escena nunca quiso robar atención, estaba perfectamente consiente de que su papel era otro. Con dos grandes monstruos al frente como Jagger y Richards, era absolutamente innecesario pretender ser algo más que el mejor baterista posible.
Algunos comentaros que Charlie no era un miembro original del grupo, ya que entró a la banda en 1963, unos meses después de su formación a cargo de Brian Jones, sin embargo, la formación original de una banda, se considera cuando aparece su disco debut, todo lo que sucede previamente es mera historia y anécdotas y Charlie, ha sido parte de absolutamente todos los discos del grupo desde su primer trabajo The Rolling Stone Vol. 1 en su natal Inglaterra o llamado England's Newest Hit Makers en los Estados Unidos.
En un principio tuvieron que esforzarse para pagarle el sueldo de 5 libras semanales para que fuera parte de la banda, pero para ellos era fundamental contar con el competente baterista que hacía una mancuerna perfecta con el bajista Bill Wyman y con eso la base rítmica del grupo estaba cubierta.
Pocos saben que Charlie se caso un año después de entrar a la banda casi a escondidas de sus compañeros, en esos tiempos se pensaba que un artista famoso casado era mala publicidad para los fans, pero eso no le importó y en cuanto pudo fincó su residencia en el que fuera el pabellón de caza del arzobispo de Canterbury, el dinero obviamente empezaba a llegar a su cartera.
Un personaje enigmático, famoso por coleccionar automóviles y trajes, se hacía confeccionar un traje que combinara con cada uno de sus autos, llegando a tener más de 200 de ellos, lo curioso es que no los conducía, simplemente le gustaba admirar sus diseños y detalles. Otra de sus excentricidades consistía en ser un apasionado de la memorabilia de la Guerra civil estadounidense y los libros del siglo XVIII.
Charlie a diferencia de sus compañeros, se mantuvo alejado de las drogas (aunque no excento de algunos episodios) y de muchas de las excentricidades típicas del grupo, amaba el jazz y tuvo sus oportunidades de tocar y hasta grabar algunos discos con un quinteto como el tributo al genio del bebop Charlie Parker; solía simplemente sentarse en su batería y ejecutarla de manera exacta, cual metrónomo, nunca tocando de más ni haciendo aspavientos o movimientos espectaculares. No era de los que se levantan a lanzar las baquetas al público, mismo que noche tras noche le brindaba una ovación especialmente ruidosa.
Era el pegamento que unía las piezas más volátiles, era el mayor del grupo y el único al que respetaban Mick y Keith, tal vez la única autoridad que podía llamarles la atención y se hacía escuchar. Esto lo compensaba con una discreta obediencia y fidelidad a “los chicos” como siempre los llamó cariñosamente.
Su delicado estado de salud posterior a una intervención quirúrgica de emergencia hace unas semanas había encendido los focos rojos a la banda y la gira No Filter que estaban por retomar después de la pausa de la pandemia.
Watts fue el primero en sugerir que se le reemplazara hasta que pudiera estar en condiciones físicas y médicas para retomar la gira.
El regreso de Charlie es algo que ya no ocurrirá, ese reemplazo ocupará su sitio tras los tambores durante esta gira y quién sabe si en el futuro. Eso solamente el tiempo nos lo dirá.
Lo más cerca que pude estar alguna vez de Charlie Watts
A Bigger Bang Tour 2006 - 2007