La frescura permanece aún después de medio siglo
Por Benjamin Salcedo
Desde finales de los años 60s Yes irrumpió en la escena progresiva mundial con enorme éxito, inician la década de los años 20s con una bocanada de aire fresco y la convicción de que el talento se sobrepone a cualquier circunstancia.
Desde el lamentable fallecimiento en 2015 de Chris Squire, bajista y fundador, líder absoluto de Yes desde sus inicios, el futuro de la banda parecía incierto. Nunca había salido un disco de Yes sin él, ahora su ausencia pronosticaba un final definitivo para el grupo.
Ya se habían dado cambios importantes poco tiempo antes, con la llegada en 2011 de Benoit David en las vocales ocupando el lugar del eterno Jon Anderson en el álbum Fly From Here, pero su voz era demasiado parecida y muchos no lo recibieron con agrado.
Unos años después llega Jon Davison con un timbre alto, en la tesitura de su tocayo Anderson, pero con una diferencia sutil que le permitía un sonido propio, no como un cantante de banda tributo. Con él grabaron inicialmente Heaven & Earth e hicieron giras hasta que Squire se fue definitivamente.
Los años posteriores sirvieron para reestructurar al grupo y ver si eran capaces de continuar sin la guía de su eterno líder, el enorme en tamaño, técnica e importancia Chris. Unieron dos grandes discos de su catálogo y salieron a tocar la gira Topographic Drama – Live Across America con relativo éxito que dio como resultado un disco doble en concierto. La banda cumpliría 50 años de existir en 2019 e hicieron la gira y disco Yes 50 Live y posteriormente el Royal Affair tour: Live from Las Vegas.
Todo parecía indicar que los portadores del nombre se dedicarían a tocar en todos lados las canciones que hicieran famosas en su brillante trayectoria y algunos experimentos con el mismo material.
Sin embargo, este año nos sorprenden con el lanzamiento del álbum doble The Quest y como su nombre lo indica, están en búsqueda de autenticidad, de demostrar que Yes es un ente conformado por todas sus partes y aun con la pena y falta de su líder son capaces de hacer un buen disco y nueva música para sus seguidores de toda la vida y nuevos escuchas.
Regresa a la banda Billy Sherwood que había dejado al grupo desde The Ladder en 1999 para cubrir ahora el lugar de bajista que dejara Squire. La pandemia canceló toda presentación y les permitió enfocarse en pulir este material en el encierro. Con Davison como principal escritor de las letras y la experiencia total de los otros tres integrantes con más tiempo en la banda: Steve Howe (guitarra), Alan White (batería) y Geoff Downes (teclados), el resultado es encomiable.
Un disco dulce, finamente ejecutado que lleva el ADN de la banda de toda la vida, pero nos muestra caminos nuevos, por difícil que esto pudiera parecer. De nuevo la voz de Davison suena distinta, pero a la vez familiar. Es Yes, en esencia, pero con un delicado toque de frescura. Hay creatividad de sobra, todos participan en la composición de los temas del grupo y se reparten responsabilidades y méritos.
“The Ice Bridge”, no solo abre el álbum, también es el primer tema que se dio a conocer y debuta en el top 20. Suenan como si fuera un grupo con una nueva orientación dentro de las características de su música, temas como “Dare To Know” contienen el inconfundible sonido, mientras que “A Living Island” y “Damaged World” mantienen una cierta nostalgia en lo lírico, pero fuerza y drama en la música.
Definitivamente inesperado este nuevo material, reúne los requisitos que cualquier fanático de la banda o del género progresivo pudiera buscar en un disco de Yes. Si no lo han escuchado, no pierden nada en darle la oportunidad, estoy seguro que a más de uno le endulzará el oído y descubrirá que sigue habiendo magia en estos genios legendarios.
Yes - The Ice Bridge
Escucha el álbum The Quest en este enlace
https://open.spotify.com/album/5mJQGS0NqD41OGyM77vIX9?si=WvSg_dyMTm2_MndTriMFbg
